17.9.10

Yom Kipur

Hoy, al ponerse el sol, el pueblo judío por todas partes del mundo celebrará su día más sagrado: Iom Kippur. Iom Kippur nos pinta la historia con pinceladas anchas. Nos obliga mirar nuestra vida en el contexto de la eternidad divina. A pesar de ser un día público también es un día personal. Es en Iom Kippur que nos dirigimos a D'os y por dentro a nuestra alma. Es el día cuando estamos totalmente honrados con nosotros mismos, quitamos las máscaras y nos atrevemos a confesar a nosotros mismos y frente a D'os nuestros fallos.
Es una fiesta religiosa especial por muchas razones. Al contrario de las otras fiestas, la comida no hace su base, sino su base es la ausencia de la comida, el ayuno. No nos ofrece celebraciones sino nos exige la contemplación e la introspección digna y quieta. Es un día de penitencia y arrepentimiento. Es el día de confesar nuestros errores y pecados y de reconocer nuestros fallos y debilidades.
Iom Kippur es un día únicamente judío. Desde la perspectiva judía, nuestra relación con D'os solamente nos pertenece. En el judaísmo no hay intermediarios entre el ser humano y D'os. El judaísmo nos enseña que nuestros errores son nuestros, que nuestros pecados solamente nos pertenecen y solamente nosotros podemos corregirlos. En hebreo este proceso se llama la teshuvá. La teshuvá es la confesión y la corrección de los errores cometidos. Es el acto de arrepentimiento entre cada uno de nosotros y entre nosotros y D'os. Es la percepción que pagamos el libre albedrío con el precio de la responsabilidad personal.
Por eso, esta fiesta nos exige que nos demos a D'os directamente y ser bastante adulto para confesar a D'os nuestros pecados individualmente y colectivamente. Nos enseña que solamente nosotros podemos corregir nuestros desmanes y extravíos.
Esta tarea no es fácil y el día tampoco es fácil. El ayuno de Iom Kippur es exigente. Es difícil ir de una puesta de sol hasta la próxima puesta de sol sin comida o agua. ¡Qué rápidamente hasta el hombre más fuerte se da cuenta que frente a D'os es débil!
El mensaje espiritual de Iom Kippur es aún más difícil. El examen total de la vida, el acto de darse cuenta de los errores nos obliga a mejorarnos y a perdonar a los que desean mejorarse.
El acto de teshuvá también tiene su precio. Para ganarla hay que estar dispuesto de reconocer sus errores, cambiar el comportamiento, arrepentirse sinceramente y comenzar de nuevo. Nada fácil en un día difícil
Con la esperanza que vuestro ayuno sea fácil y sus pensamientos sean profundos.

Rab Tarlow