13.9.10

Teshuva - arrependimento


Com la conclusión de Rosh Ha'Shaná, ya entramos en los días antes de la fiesta religiosa más importante del año judío, Iom Kipppur. Si Rosh Ha'Shaná nos ofrece las herramientas necesarias para hacernos en mejores personas; Iom Kippur nos desafía a utilizarlas. Estos días entre Rosh Ha'Shan´e Iom Kippur se llaman Aseret Y'me-Teshuvá/Los diez días de Teshuvá. Son los días cuando tratamos de corregir nuestros errores y pedir perdón por nuestros pecados del año pasado. Durante los días entre Rosh ha'Shaná e Iom Kippur todos tenemos que pedir perdón a los que hayamos herido. Estos días nos enseñan que: primero se pide disculpas de nuestros prójimos y al haber pedido nuestras disculpas sinceras, entonces podemos dirigirnos a D'os y pedir Sus disculpas.

Esta vuelta hacia D'os se llama en hebreo, Teshuvá. No se puede traducir la palabra teshuvá. Es más que el arrepentimiento, es la vuelta simultanea hacia nosotros mismos y hacia D'os; es el acto de arrepentirse y a la vez cambiar los rumbos de la vida. La teshuvá es más que una vuelta a D'os, es también el esfuerzo de encontrar las respuestas adecuadas de la vida para poder dirigir nuestra historia personal y colectiva desde lo malo hacia lo bueno. Por eso, la teshuvá es mucho más que simplemente decir "lo siento mucho." Indica una vuelta total en nuestra actitud, un reconocimiento de nuestros errores, una oportunidad de borrar la pizarra y transformarla en limpia y al darnos cuenta de nuestro egoísmo, reparar el daño que hemos hecho a nuestros prójimos y a nuestros queridos.

El judaísmo nos recuerda que la vida es una pizarra y que escribimos en ella lo que deseamos. Podemos usar la vida para ser personas de carácter y realizar mitzvot o podemos permitir que nuestros deseos obscuros, el egoísmo y lo egocéntrico nos conquisten. Estos días nos enseñan que la opción está en las manos de cada ser humano. En el judasimo no podemos culpar a los otros por nuestros errores. Debemos aceptar la resonsabilidad por nuestras propias acciones.
Hay un hipótesis clásica y rabínica que nos dice que la teshuvá existía antes de la creación del mundo. ¿Comprendieron estos rabinos de la antiquidad que todos somos capaces de fallar, y por eso, D'os nos dio el remedio hasta antes de la enfermedad? ¿Sabían que todos podemos herir a nuestros prójimos e irónicamente a menudo herimos más a los que nos quieren más y merecen nuestro desdén menos?

Desde la perspectiva judía nuestras relaciones inter-personales se destruyen no por causa de nuestros fallos sino por nuestra incapacidad de percibir nuestros errores, confesarlos, corregirlos y encontrar la manera de repararlos. ¿Somos tan arrogantes que no podemos confesar nuestros errores y por eso no los corregimos? ¿Qué opinan Vds.? ¿Cómo harán la teshuvá?
En el espíritu de estos días de teshuvá: os pido disculpas por cualquier ofensa que les haya cometido durante el año pasado por un acto de omisión o por un acto de comisión.

Rabino Peter Tarlow