Parasha Ki-Tavo
Quizás no hay ningún título más apropiado para la vuelta a las clases y el (casi) comienzo del año. Llamado, Ki-Tavo (al venir, volver) van a encontrar esta parashá en el Libro de Deuteronomio 26:1-29:8. Aunque empieza con las bendiciones que hay que ofrecer para las primeras frutas, hace hincapié en las bendiciones de que el pueblo va a disfrutar si mantienen los mandamientos y los castigos que van a sufrir por desobedecerlos.
En el capítulo 27:9 se lee un versículo interesante y casi no traducible. Se lee: "VaYidabber Mosheh v'hacohanin haliviim el col Yisrael lemor hasquet ushma Yisrael haYom hazeh nihyeta l'am laAdonshem Elokeija. Es muy difícil traducir pero una aproximación sería: "Moisés y los sacerdotes levíticos hablaron a todo (el pueblo de) Israel y les decían: ¡Silencio! ¡Escuche Israel! Ahora se ha transformado el pueblo de D'os (o puede ser que una traducción mejor sería: actualmente pertenecen a D'os). Este versículo nos plantea muchas preguntas. Por ejemplo, ¿por qué necesita Moisés decir al pueblo que se calle y después escuche? También es "pertenecer a D'os" una bendición o una carga? y por fin, ¿Que tiene que ver el acto de escuchar con el concepto de pertenecer?
En la actualidad hay la tendencia de no escuchar. Nos estamos ocupado con la necesidad de expresarnos, de oírnos hablar, de decir a los otros lo que pensamos. La verdad es que hablamos mucho más que escuchamos y porque nos faltan las capacidades de escuchar bien, no sabemos lo que la otra persona nos diga. Es interesante que Moisés relaciona la idea de escuchar con la de pertenecer.
En la sociedad exigimos la independencia, hacemos lo que queremos y nos importa poco los resultados de nuestras acciones. El concepto bíblico, sin embargo, era diferente. El concepto de pertenecer no implicó la esclavitad sino el cariño. Cuidamos lo que es nuestro. Ser "propietario" de alguien significaba tomar la responsabilidad por el bienestar de esta persona, cuidarlo, mostrar a esta persona que nos importa su vida. Ser dueño de alguien en la acepción de la palabra que Moisés la usó, es ser correcto con esta persona, es decirle la verdad. Tal vez es por eso que en el judaísmo el acto de hacer algo a las espaldas es un pecado grave y doloroso.
Moisés comprendió claramente que no podemos ayudar a nuestros queridos si no los escuchamos. Así, Moisés dio énfasis a la necesidad de primero dejar de hablar y después comenzar a escuchar. Solamente cuando escogemos escuchar que la otra persona nos pertenece. Para llevar este concepto a cabo primero necesitamos aceptar la responsabilidad por nuestras acciones.
Ki-Tavo es la parashá perfecta para el comienzo del año nuevo académico. La educación tiene todo que ver con el aprender a escuchar, con el acto de aceptar nuestros errores y también nuestros momentos de éxito, de aprender a callarnos y prestar atención al otro para que produjimos las bendiciones en lugar de las maldiciones. ¿Que opinan Vds.? ¿Están de acuerdo?
SHABAT SHALOM
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