28.5.10

Parasha B'haaloteja - 2 Sivan, 5770


Se llama la parashá para esta semana "B'Haalotejá" y la van a encontrar en el Libro de Números 8:1-12:16. La parashá trata de un número de asuntos diversos, desde el encendimiento del candelabro nacional, a sus comentarios sobre la personalidad de Moisés. A pesar de una variación grande de temas, hay ideas que unen esta parashá. En el capítulo 11:14 se lee de la falta de satisfacción del pueblo con el consumo de maná. Dice el texto: "Había una multitud entre el pueblo que tenía muchas ganas, y volvió a llorar el pueblo, y decía: ¿Quién nos dará la carne? Recordamos el pescado que comimos sin pagar, y también los pepinos y los melones y los puerros y las cebollas y el ajo." Es decir que a pesar de que la maná era una delicia no les bastaba.

Casi en contraste a esta "arrogancia gastronomita" leemos de la personalidad de Moisés. El texto nos dice: "El señor Moisés era más humilde que nadie en la face de la tierra" (12:3). ¿Hay una relación entre estos dos versículos? ¿Nos enseña el texto que la llave al liderazgo de éxito es una comprensión de la naturaleza del ser humano? Es interesante notar que a pesar del gran liderazgo de Moisés que el texto no hace caso a su sabiduría y a su compasión y alaba solamente su humildad. ¿Por qué? ¿Es posible que el texto nos enseña que la humildad, el opuesto de la arrogancia, es una calidad existencial esencial en un mundo que solamente piensa en el éxito económico? Tal vez lo que el texto nos enseña es que nunca podemos permitirnos a tolerar la maldad.

En el mundo actual muchas veces oímos decir términos como "el cansancio de la compasión" o "el cansancio del deseo de ayudar." Nos hemos acostumbrado oír decir de la gente que ya no aguantan más o que desean abandonar sus deberes. De la perspectiva bíblica la persona humilde es una persona que siempre se esfuerza, que representa algo más profundo que sí.
Moisés tenía que tratar con gente que no estaba satisfecha nunca. Captó que dirigía un pueblo que había sufrido siglos y aún no comprendía la naturaleza verdadera de la responsabilidad personal. Por esta razón su humildad formó la base de su paciencia. Moisés nos enseña a aceptar la gente como es, de esperar poco de ellos y estar satisfecho con los pequeños cambios. Quizás nos enseñe el texto que la persona humilde nunca es alma egocéntrica, pero la que escucha, y luego actúa, y nunca huye de las responsabilidades de la vida. ¿Cómo ven Vds. la humildad? ¿Servían las quejas sobre la maná nada más que una lección sobre la humildad?

Shabat Shalom