10.12.09

Feliz Janucá


El viernes (11 de diciembre) al ponerse el sol empezamos la fiesta de Janucá. Aunque muchos cristianos confunden Janucá con su fiesta de Navidad, la verdad es que Janucá no tiene nada que ver con la fiesta cristiana. Bien que irónicamente los fundadores de cristianismo escogieron la fecha de 25 de diciembre para su fiesta, así haciendo un paralelo falso con la fecha de Janucá (25 de Kislev).

Janucá tiene su base en los libros apócrifos de los Macabias y en varias historias talmúdicas. En realidad, la fiesta moderna trata de la unión de las victorias de los ejércitos judíos contra los de los asirios (la primera guerra por la libertad religiosa) con la historia talmúdica del milagro del aceite sagrado que duró 8 días en lugar de un día.

Desde luego muchos eruditos han expresado su escepticismo sobre la veracidad de la historia del aceite, pero como ocurre muchas veces en la literatura muchas verdades se encuentran dentro de las leyendas de un pueblo.

Janucá es una historia de valentía. También nos recuerda del maltratamiento de muchas minorías y la capacidad humana de mostrar una falta de respecto hacia los que sean diferentes. Las guerras de los ejércitos Macabíes trataban menos del dinero que de los principios éticos, trataban menos del poder político que del derecho de cada ser humano disfrutar de la libertad de fe. Desafortunadamente, estos forcejos y luchas han continuado hasta nuestro día tanto en el nivel micro cuanto en el macro. ¿Cuántos de nosotros permanecemos con los brazos cruzados cuando un grupo trata de restar los derechos del otro? ¿Cuantos escogemos ausentarnos del sufrimiento ajeno de nuestros prójimos abusados? ¿Cuántos simplemente decimos, ¡Esto no es mi problema!"?

La historia de Janucá nos enseña que los Macabíes (los soldados judíos) eran arrojados, lucharon contra fuerzas superiores sin miedo, y estaban dispuestos de arriesgar la vida por los principios. ¿Cuantas naciones han mostrado su coraje? Esta historia también nos enseña la importancia de lo que los académicos modernos llaman "la narrativa política." Es decir, lo que creemos ser verdad es importante y cuando se traducen las creencias en las acciones, entonces se hacen en herramientas políticas poderosas.

Los historiadores modernos tal vez nunca vayan a determinar si la leyenda de Janucá sea cierta o no, pero el poder de la fiesta no está en su fidelidad histórica sin en su mensaje eterno. No trata de los súper-héroes sino de la gente popular que logró éxitos súper-ordinarios por medio de pura voluntad y sacrificios. Janucá nos enseña que no son los grandes que determinan la historia sino las ideas de principios que inspiran un pueblo a actuar en forma unida.

El mensaje espiritual de Janucá es que ellos que meramente observan y eligen quedarse con brazos cruzados no tienen ningún papel en el desarrollo de la historia. Estar vivo es estar dispuesto a confiarse en sí mismo, de aventurar y hacer más que lo cómodo para realizar lo cierto. Nos enseña que para llevar a cabo algo extraordinario en la vida, para impactarla, debemos siempre ir adelante y no nos debería importar si estemos obligados a actuar solos, sin amigos y colegas. Es esta fiesta que nos enseña que los milagros tienen lugar cuando transformamos las creencias en las acciones y los principios en las hazañas

Ignoraremos tal vez para siempre si el aceite en la <> (un candelabro que se usa para la fiesta de Janucá) duró o no duró por los ocho días, pero lo que sí sabemos es que cada vez que escogemos actuar según nuestros principios, también participamos en el milagro constante de la creación y traemos un poco más de luz de cariño a los lugares obscuros y llenos de odio ¿Participa Vd. en un milagro? ¿Como los Marcabíes antiguos, también está dispuesto de aventurar por lo bien de otros.

Mi familia y yo les mandamos nuestros mejores votos para una fiesta de Janucá feliz y lleno de milagros.