14.1.11

Tu b'Shvat


El jueves que viene, día 20 de enero, celebraremos una de las fiesta más interesantes de Judaísmo, Tu b'Shvat, o el "Año Nuevo de los Árboles." En el judaísmo los árboles hacen un papel importante en nuestra vida, tan inportante que muchas veces no nos damos cuenta de su importancia.

En muchas culturas del mundo los árboles simbolizan varias características del ser humano. Por ejemplo, se dice que los abedules muestran nuestro lado "reflectivo," los olmos nos recuerdan de los misterios del mundo, y los pinos nos enseñan que un ser humano debería actuar por medio de su razón en vez de puramente de sus emociones.

Los árboles nos dan mucho, en el sol del verano nos dan sombra, y en la melancolía del invierno nos dan un poco de calor y de esperanza. Este año después de los incendios en el Monte Carmel en le norte de Israel, Tu b'Shavat tiene una importancia especial, porque es la fiesta de plantar los árboles y de renovar la vida.

En el mundo judío no cortamos los árboles, los plantamos. Los rabinos clásicos notaron que en la misma medida que un árbol necesita el suelo, el agua, el aire y la luz, también los seres humanos los necesitan. Los rabinos desde los tiempos midráshicos han notado que en la misma manera que un árbol necesita raíces profundas también es así con los seres humanos.

Tal vez una de las tragedias de la era moderna es el gran número de personas que son ignorantes de sus raíces culturales. Demasiada gente vive en la sombra de la vida, basando sus acciones en nada más que las modas del momento. Demasiadas personas hablan mucho y hacen poco. Por eso, el tratado talmúdico Pirke Avot nos enseña: Una persona cuya sabiduría es más que sus acciones positivas es como un árbol de muchas ramas y pocas raíces. Llega el viento, lo desarraiga y cae. No obstante, una persona cuyas acciones positivas son numerosas es como un árbol con raíces profundas. No importa cuanto viento llega tiene la fuerza para resistir." (Avot 3:22). Tu b'Shavat nos enseña que sin valores y morales "el viento" nos puede desarraigar.

Los árboles tampoco sobreviven sin agua. La literatura hebrea compara la entrada de Torá que entra en el corazón con la lluvia que entra en el árbol por sus raíces. Los árboles también necesitan el aire para sobrevivir y ellos purifican nuestro aire por la transformación de los monóxidos de carbono en oxigeno, dando el equilibrio necesario al ambiente. En la misma manera necesitamos el equilibro, y necesitamos las raciones apropiadas en todo. Los árboles necesitan la luz y nos enseñan que al terminar cada invierno hay el renacimiento de la vida. Todos tenemos altibajos en la vida y durante los tiempos malos es necesario recordar que habrá otros momentos buenos.

Este año infelizmente enteramos de que los árboles pueden estar destruidos por el fuego. Un error negligente puede destruir un bosque y muchas vidas. En la literatura hebrea el fuego es un símbolo de falta de control y de la rabia. El enojo es la emoción que nos destruye y provoca las fuerzas destructivas de los celos y la codicia

El jueves que entra, deténgase por un minuto y piense en los árboles. ¿Tienes Vd.raíces profundas o superficiales? ¿El fuego de los celos le consume? ¿Qué da Vd. a nuestro mundo? ¿Da fruto su trabajo? Son preguntas ecenciales para un mundo que olvida pensar en la importancia de los árboles.

¡Feliz Tu b'Shvat!

http://www.youtube.com/watch?v=MD2AGCXqpr4

SHABAT SHALOM