26.9.08

Un período de introspección

Este lunes el mundo judío pausa para el comienzo de su temporada religiosa más importante, la de las Altas Fiestas. Desde Rosh Ha'Shaná hasta el fin de Simjat Torá entramos en un período de introspección y pensamiento profundo. Aunque este mes sagrado hebreo de Tishre contiene cuatro fiestas religiosas, (Rosh Ha'Shaná, Iom Kippur, Succot y Simjat Torá) hay un hilo común que las junta. Estos hilos comunes no solamente son teológicamente hablando importantes, mas nos enseñan mucho sobre el mundo práctico de negocio y de gestión.

Empezamos esta temporada con Rosh Ha'Shaná (el año nuevo). Rosh Ha'Shaná nos obliga a hacer un inventario personal de nuestra vida. ¿En donde hemos fracasado este año y en donde hemos tenido éxito? Nos hace preguntar ¿Qué deseamos cambiar y qué será la base de la realización de nuestros sueños futuros? Estos días nos enseñan que antes de nada debemos conocernos. Nos enseñan que primero hay que cuidarse a si mismo y solamente al resolver los propios problemas de uno, se peude enfrentar los problemas ajenos.

En hebreo los días entre Rosh Ha'Shaná e Iom Kippur se llaman Aseret Ymei Teshuvá" o los diez días de arrepentimiento. Durante estos días tratamos de reparar las relaciones interpersonales con nuestros prójimos. Son los días que vamos desde lo "yo" a lo "nosotros." Estos son los días que nos enseñan a preguntar cómo hemos fallado a nuestro prójimo y qué necesitamos hacer para crear las relaciones interpersonales que mejoren el mundo que D'ós nos ha dado. Desde la perspectiva de la gestión, al logar nuestro enfrentamiento con nosotros mismos deberíamos ir adelante y hacernos parte del mundo que nos rodea.

Iom Kippur, el día más sagrado del año religioso judío, nos lleva desde lo mundano y rutinario a lo espiritual. Al haber fijado nuestras relaciones con nosotros mismos y con nuestros prójimos podemos enfrentar nuestra relación con D'os y pedir Su perdón divino. el ayuno de Iom Kippur trata de lo espiritual en cada uno de nosotros y de nuestra responsabilidad social. La lección práctica es que si un negocio existe con el único propósito de ganar dinero entonces nunca dará los servicios a sus clientes necesarios para poder ser sostenible.

Cinco días después del ayuno de Iom Kippur celebramos la fiesta de Succot. (Ramadas) Aunque Succot es una fiesta que trata de la cosecha, también nos enseña el valor de tiempo. Una de las lecciones importantes de Succot es que el tiempo es un recurso limitado. Nadie sabe cuanto tiempo tenga en la vida y nadie tiene el derecho de disipar los días en la tierra dados por D'ós. Apreciar la vida y usarla a su máximo, ser creativo durante la vida y hacer su parte en transformar el mundo un lugar mejor son valores esenciales judíos.

Por fin, llegamos casi al fin del mes a la fiesta religiosa de Simjat-Torá. Es en este momento que nos damos cuenta de que no hay vida social o civil posible sin la estructura. Es lo mismo para todos los negocios. Un patrón que no provee ninguna estructura sea un jefe destinado a fracasar. Ésta nos enseña que elegimos nuestras acciones y de éstas provienen las consecuencias positivas o negativas de la vida.

Al juntarlas todas, se ve que el mes de Tishre nos enseña primero a cuidarnos y luego cuidar a nuestro prójimo. Al resolver los problemas de las relaciones interpersonales podemos encontrar nuestro lado espiritual. Al encontrar el propósito (nuestra pasión) dejamos de perder el regalo divino del tiempo (y la vida no es nada más que una serie de bloques de tiempo) y llegamos a comprender que el tiempo sin estructura es como un río sin orillas. ¿No es esta receta divina también la base para buena gestión y buen negocio?

Mi familia se junta conmigo para desearle(s) un año muy feliz y sano en 5769. Espero que esta temporada de fiestas religiosas sea llena de bendiciones para Vds. y para sus queridos.


B'shalom u-vrachah,
In peace and blessings,

Rabbi Peter Tarlow