10.10.06

IRENA SENDLER
















¡¡¡Queremos el Nobel de la Paz para Irena Sendler¡¡¡

'Conceder a la señora Sendler el premio Nobel es la mejor respuesta para aquellos que niegan la Shoá.'

'Me enloquece escuchar que me llaman 'heroína'...hice simplemente algo normal' al salvar a los niños del gueto de Varsovia.

La Organización de Supervivientes del Holocausto residentes en Israel se ha unido al Gobierno de Polonia en la promoción de Irena Sendler, de 96 años, para el premio Nobel de la paz, informó el portavoz de esa entidad, Noah Plug. Sendler, ex combatiente de la resistencia polaca contra la invasión de Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, contribuyó a salvar 2.500 niños judíos, y hace cuatro décadas fue declarada 'justa de la humanidad' por el Museo dela Shoá de Jerusalem -Yad VaShem- , que de ese modo distingue a personas no judías que expusieron entonces su vida para protegerlos. El diario Jerusalem Post señaló ayer que la iniciativa pertenece al presidente polaco, Lech Kaczynski, y recuerda que Sendler, disfrazada de enfermera, y un grupo de combatientes de la resistencia anti-nazi lograron rescatar a los niños del gueto de Varsovia, incendiado por fuerzas militares alemanas a raíz de una rebelión de los judíos confinados allí. 'Conceder a la señora Sendler el premio Nobel es la mejor respuesta para aquellos que niegan el holocausto (shoá)', dijo Plug en alusión al exterminio sistemático de seis millones de israelitas durante los años de aquella guerra en Europa y Africa. La embajadora de Polonia en Tel Aviv, Agnieszka Magdziak Miszewska, informó de que su país está esperando el apoyo oficial del Estado de Israel, que ya han manifestado varios funcionarios, para promover la candidatura ante el Comité del Premio Nobel. El Comité sólo puede conceder esa distinción a personas vivas y, de concederlo a Irena Sendler, serviría para perpetuar la memoria de las personas que murieron en el Holocausto, dijo la embajadora. El Tercer Reich alemán de Adolfo Hitler estableció en Polonia, habitada por unos tres millones de judíos al comenzar la invasión de 1939, los principales de decenas de campos de concentración, trabajo forzado y de exterminio, como el de Auschwitz. Sendlerhacia casi al fin de la guerra fue capturada y torturada por la Gestapo. El diario Jerusalem Post recuerda que al entrevistarla hace dos años en Varsovia, la valerosa mujer dijo a un enviado del rotativo: 'Me enloquece escuchar que me llaman 'heroína'...hice simplemente algo normal' al salvar a los niños del gueto. Horrorizada por las condiciones en que vivían los judíos, Irena se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos, Zegota, organizado por la resistencia polaca. La joven fue una de las primeras organizadoras del rescate de niños judíos. En ese entonces 5000 personas morían mensualmente de hambre y enfermedades. Irena logró obtener un pase del Departamento de Control Epidémico de Varsovia para poder ingresar al gueto en forma legal. Iba diariamente con el fin de reestablecer contactos, llevar comida, medicinas y ropa vistiendo un brazalete con el maguen David como signo de su solidaridad para con los judíos. Persuadir a los padres de separarse de sus hijos era una labor horrorosa para una joven madre como Irena. "¿Puedes asegurar que vivirá?" Irena recordaba a los angustiados padres preguntando. Pero sólo podía garantizar que morirían si se quedaban. "En mis sueños, todavía puedo oírlos llorar cuando dejaban a sus padres", decía. Tampoco era fácil encontrar familias que quisieran darle cobijo a niños judíos. Comenzó a sacar a los niños en una ambulancia como victimas del tifus, pero enseguida bolsas de arpillera, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercadería, bolsas de papas, ataúdes... cualquier elemento se transformaba en una vía de escape en manos de Irena. Otros métodos incluían una iglesia que tenía dos accesos, uno del lado del gueto y el otro en el lado ario de Varsovia. Los chicos entraban a la iglesia por un lado como judíos y salían por el otro como "cristianos". Irena logró reclutar al menos una persona de cada uno de los diez centros del Departamento de Bienestar Social. Con su ayuda, elaboró cientos de documentos falsos con firmas falsificadas dándole identidades temporarias a los niños judíos. Era más fácil escapar del gueto que sobrevivir en el lado ario. El rescate de un niño requería la ayuda de al menos diez personas. Los niños eran los primeros transportados a unidades de servicio humanitario (pogotowie opiekuncze) y luego a un lugar seguro. Luego les encontraba ubicación en casas, orfanatos y conventos. "Envié a la mayoría de los niños a establecimientos religiosos," recordaba. "Sabía que podía contar con las hermanas." Irena también tuvo una gran cooperación para ubicar a los más grandes: "Nunca nadie se negó a aceptarme un niño," dijo. Irena tomaba nota, por medio de una codificación, de los nombres de los niños y de sus nuevas identidades. El único registro de sus verdaderas identidades lo conservaba en frascos enterrados debajo de un árbol de manzanas en el patio de un vecino, frente a las barracas alemanas. Tenía la esperanza de algún día poder desenterrar los frascos, ubicar a los niños e informarles de su pasado. En total, los frascos contenían los nombres de 2.500 niños... Finalmente lo nazis se dieron cuenta de sus actividades y, el 20 de octubre de 1943, Irena fue detenida y encarcelada por la Gestapo. Aunque era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos, soportó la tortura y se rehusó a traicionar a sus asociados o a cualquiera de los niños ocultos. Le quebraron los pies y las piernas. Pero nadie pudo quebrar su voluntad. Irena paso tres meses en la prisión de Pawiak donde fue sentenciada a muerte. Mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán se la llevó para un "interrogatorio adicional". Al salir, le gritó en polaco "¡Corra!" Al día siguiente halló su nombre en la lista de los polacos ejecutados. Los miembros de Zegota habían logrado detener la ejecución sobornando a los alemanes. Irena continuó trabajando con una identidad falsa. Al finalizar la guerra, Irena desenterró los frascos y utilizó las notas para encontrar a los 2.500 niños que colocó con familias adoptivas. Los reunió con sus parientes diseminados por todo Europa, pero la mayoría había perdido a sus familias en los campos de exterminio nazis. Los niños sólo la conocían por su nombre clave Jolanta. Pero años más tarde cuando su foto salió en un periódico luego de ser premiada por sus acciones humanitarias durante la guerra "Un hombre, un pintor, me telefoneó," dijo Sendler, "`Recuerdo su rostro', dijo, 'Eres tú quién me sacó del gueto.' Tuve muchas llamadas como ésta". Irena Sendler no se considera una heroína. Nunca se adjudicó crédito alguno por sus acciones. "Podría haber hecho más," dijo. "Este lamento me seguirá hasta el día que muera." Después de la guerra trabajó para bienestar social; ayudó a crear casas para ancianos, orfanatos y un servicio de emergencia para niños.