NO QUEREMOS...
Por Aharon Erlich
No queremos que nuestros soldados, que son también nuestros familiares, nuestros hijos, nuestros amigos y nuestros vecinos se conviertan en héroes de nuestras guerras. Ninguno de elllos quiere morir por su patria. Todos, todos ellos quieren vivir por ella. Por soibre todos los valores humanos, nos interesa destacar el poder vivir por un ideal y no morir por él.
Pero... cuando nos vemos obligados a defender a nuestro país, por las agresiones externas que tratan de destruirnos, no habrá nada ni nadie que detenga a nuestros jóvenes en su lucha por defender ésta, nuestra tierra, en donde logramos declarar nuestra independencia hace tan sólo 58 años y a la que nos une más de 4.000 años de historia.
No queremos enorgullecernos ni de nuestro ejército, ni de nuestra fuerza militar, preferimos enorgullecernos con nuestros logros en el campo tecnológico, en las ciencias y en la agricultura y en los demás logros en todos los campos que también compartimos con el mundo todo.
Pero... cuando estamos obligados a defendernos y a luchar por nuestra subsistencia, nuestro Ejército de Defensa, Zahal, el ejército del pueblo, el ejército que es de todos nosotros, cumplirá su misión de la mejor forma posible, pues sabe que la mayoría de nuestra población confía en él, sabe que nuestra seguridad está en sus manos y lo apoya incondicionalmente.
No queremos ni conquistar el Líbano, ni ocupar territorio libanés, ni tampoco causar ni muertos ni heridos de entre su población. Hubo muchos años en que si bien no tuvimos un acuerdo de paz entre ambos países, la frontera era una región tranquila y apasible, donde la vida transcurría sin ningún tipo de inconvenientes a ambos lados de la frontera.
Pero... desde el momento en que el grupo terrorista Jizbala convirtió el territorio libanés en la base de sus amenazas y acciones de violencia en contra de Israel y a través del tiempo transformó a cada aldea, a cada vivienda en verdaderos arsenales militares, sin que el gobierno libanés haya hecho absolutamente nada para evitar esas acciones, a pesar de las reiteradas advertencias de nuestro gobierno y la inacción de los organismos internacionales, se llegó al ataque de Jizbala dentro de nuestro territorio que dejó el saldo de muertos, heridos y de 2 soldados capturados, Israel no tuvo más remedio que contraatacar, para lograr la liberación de nuestros soldados y para impedir que Jizbala continúe actuando impunemente y siga acrecentando su fuerza militar con la ayuda de Siria y de Iran.
No queremos volver a ocupar la Franja de Gaza. Hace casi un año que Israel se retiró por completo de Gaza unilateralmente, para que los palestinos puedan tomar su destino en sus manos y preocuparse por sí solos de su situación.
Pero... los palestinos, lejos de tratar de mejorar sus cosas, de aprovechar las incontables fuentes de ayuda internacional que se volcaron sobre la Autoridad Palestina, convirtieron a su territorio, con el gobierno de Hamas a la cabeza, en una enorme base terrorista desde donde el territorio de Israel cercano a la Franja es bombardeado con misiles Kassam, que causan muertos, heridos y enormes daños materiales o tratan por intermedio de túneles de incursionar en territorio israelí, como en el último caso de hace un mes en que lograron sorprender a nuestros soldados causando muertos, heridos y un soldado secuestrado, lo que obligó a Israel a reaccionar y tratar de liberar a nuestro soldado y desbaratar los nefastos planes de los terroristas palestinos.
No queremos más fuerzas internacionales que cuiden nuestras fronteras ni que garanticen nuestra seguridad. Solamente podemos confiar en nuestras propias fuerzas pues ya tuvimos muchas malas experiencias con fuerzas internacionales que no hicieron ningún aporte a la seguridad de nuestra frontera y como en el caso de UNIFIL, en nuestra frontera con el Líbano, no pudo, ni quiso impedir ninguna de las agresiones de Jizbala en contra de nuestro territorio y en más de una ocasión los terroristas de Jizbala actuaron amparados por la cercanía a sus instalaciones.
Pero... como entendemos que para revertir esta situación a la que hemos sido arrastrados muy en contra de nuestra voluntad, no podremos lograr todos nuestros objetivos, lo mínimo que deberemos exigir es no retornar a la misma situación que reinaba antes del comienzo de las hostilidades, es decir ni la cercanía amenazadora de Jizbala a nuestra frontera, ni la posibilidad de lanzar misiles sobre nuestro territorio. Ojalá que no nos equivoquemos.
No queremos ser el único baluarte que se enfrenta al terror internacional. Jizbala y Hamas son manejados por los iraníes, con la anuencia de los sirios. Y de esto, a pesar de que todos saben que es el verdadero problema, que nos amenaza no solamente a nosotros, es muy poco lo que se dice cuando se busca una solución de fondo para la región.
Pero... como no tenemos otra alternativa, seguiremos adelante confiando que el mundo deberá reaccionar, a la corta o a la larga, al no querer ver la verdadera realidad que se está gestando alrededor nuestro y esperemos que esta reacción no llegue demasiado tarde.
No queremos vivir constantemente justificando o disculpándonos por nuestra existencia y por haber regresado a nuestra Patria Histórica, con la que estamos unidos desde hace más de 4.000 años, sin ningún tipo de condiciones.
Pero... como lo muestra nuestra historia, desde el Faraón de Egipto hasta Hitler, la lista de quienes trataron de eliminar a nuestro pueblo es muy larga, muchos quedaron en el olvido, ninguno pudo concretar su cometido, mientras que el Pueblo Judío en la Tierra de Israel continúa su desarrollo en busca de un futuro promisorio para nosotros, para nuestras generaciones futuras y para la humanidad toda.
No queremos más guerras. Ya casi perdimos la cuenta de tantas veces que Israel tuvo que empuñar sus armas, pero ya van 6 guerras en 58 años. Guerras que no quisimos, pero en las que no tuvimos otra alternativa que salir a defendernos, como cualquier otro pueblo lo hubiese hecho en circunstancias parecidas.
Pero.. con la fuerza que nos da el saber que nuestra causa es justa y con la fuerza que nos dan nuestros hermanos dispersos en el mundo todo, que sufren por nuestros pesares y que se identifican con nuestra lucha y que nos apoyan incondicionalmente, no perderemos nuestra esperanza de vivir en paz en nuestra propia tierra.
ki ein lanu eretz ajeret...
porque no tenemos otro país...
Instituto Anne Frank
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