28.7.06

Perashá de la semana: Debarim

(Quinto Libro de la Torá: Debarim/Deuteronomio 1:1 a 3:22)


1- RESUMEN DE LAS PERASHA
Se inicia el quinto libro de la Torá (Sefer Debarim), también llamado Mishné Torá, que significa repetición o repaso de la Torá o Deuteronomio, el nombre grecolatino con el cual se lo conoce entre las naciones del mundo. Toda la enseñanza de Di-s y de Su Torá, Sus preceptos son repasados y explicados al pueblo por Moisés en este libro durante sus últimas cinco semanas de vida. Los hijos de Israel se preparan para cruzar el río Jordán e ingresar finalmente a la Tierra Prometida, una etapa en la se requiere de fe, fortaleza y autodisciplina a fin de no desviarse del sendero marcado por Di-s y no sucumbir a la fuerza envolvente del paganismo y de la idolatría imperante en los pueblos vecinos. Moisés les recuerda los distintos hitos de su viaje por el desierto, desde la salida de Egipto hasta el momento actual de su entrada en Eretz Canaan, y los sucesos milagrosos y la protección Divina que siempre los resguardó de contingencias y peligros, aun en aquellas circunstancias en que se rebelaron contra Di-s. Todo el episodio de los espías enviados a Eretz Canaan y sus penosas consecuencias es evocado en esta primera perashá de Debarim, en la cual Moisés habla a la nueva generación que va a tomar posesión de la tierra, explicándoles como aquel pecado causó a toda la generación anterior que deambulara cuarenta años por el desierto y muriera allí, concediendo Di-s tan sólo a sus descendientes el mérito de ingresar a Eretz Israel.
Les recuerda a continuación su prolongada estadía en el monte Seir, desde donde, según fueron instruidos, prosiguieron viaje a través de la tierra de Edom, a cuyos habitantes no debían hostigar pues ese territorio había sido dado en heredad a los hijos de Esav. Así también en su travesía a través de Moab, debían guardarse de mostrar hostilidad, ya que esa tierra les fue dada en heredad a los hijos de Lot. Les recuerda luego la derrota infligida a Sijón quien no les permitió cruzar por su territorio, y a Og, rey de Bashán, sucesos que incrementaron el temor de los demás pueblos hacia Israel. Se menciona finalmente que el territorio de Gilhad, al otro lado del río Jordán, fue adjudicado a las tribus de Gad y Reuben, quienes tomarán posesión de él después de luchar junto con sus hermanos en la conquista de la Tierra Prometida. Moisés finalmente alienta a Iehoshúa a no temer a los pueblos que habitan Eretz Israel pues con la ayuda de Di-s los podrá vencer.


2- EL BENEFICIO DE LA DUDA
Cierta dama oyó hablar a otras dos mujeres en el supermercado sobre el lamentable comportamiento de cierta muchacha adolescente. A medida que prestaba más atención a esa conversación, más irritada se sentía por la mala conducta sobre la que hablaban y se encontró a sí misma preguntándose qué clase de padres tendría, tan malos e irresponsables como para permitir que continuara esa terrible situación. Luego, una de las mujeres mencionó el nombre de la chica en cuestión y la dama se dio cuenta, para su horror, que estaban hablando ¡de su propia hija!, Por supuesto, a esta altura, se percató de cuán diferente habría ella juzgado la situación de haberlo sabido. Después de todo, cuando se trata de nosotros y de los nuestros, ¡siempre vemos las cosas en forma diferente!
El primer versículo de la sección de la Torá de esta semana, nos cuenta: "Éstas son las palabras que Moshé habló a todo Israel...". La Torá luego relata cómo Moshé, de una manera sutil y no ofensiva, le recordó al pueblo judío sus varias faltas a lo largo de la travesía de 40 años en el desierto. La Torá específicamente relata que él habló de estas faltas a "todo Israel". Cuando Moshé habló con D'os, sin embargo, le contó sólo los atributos y virtudes positivas del pueblo judío. Siempre salía en su defensa, independientemente de lo que su pueblo hubiera hecho mal. Permanentemente buscaba justificar sus acciones, no importa cuán difícil fuera hacerlo.
Podemos aprender muchísimo acerca de los buenas midot (atributos de carácter) a partir de estos eventos.
A menudo nos encontramos en la situación de escuchar algo de una persona y estamos en posición de decir algo que podría cambiar las cosas para mejor. Sin embargo, es más fácil quedarse callado. Moshé nos enseña que esto no debe ser así. Si es absolutamente necesario, podemos encontrar un momento apropiado para señalar algo que sentimos que requiere atención, a una persona cercana, a un conocido. Esto sólo se aplica a nuestra relación con esa persona y a nuestra comunicación privada con ella. Cuando hablamos a otros acerca de esa persona, u oímos hablar a otros sobre ella, siempre debemos buscar ser "melamed zejut", otorgar el beneficio de la duda, hablar en su favor no importa cuán difícil sea. Llevando esto un paso más allá, lo ideal sería abogar por esa persona en nuestra propia mente y no simplemente al conversar con otros. Así como siempre tenemos una buena excusa y justificación en lo que respecta a nuestras propias acciones e ineptitudes, si verdaderamente apreciamos y respetamos a nuestro semejante, tenemos que aplicar la misma generosidad respecto a su aparente falta.
La tradición jasídica lleva esta idea un poco más lejos y enseña que, respecto a nosotros mismos debemos ser muy críticos, siempre buscando perfeccionar nuestra conducta y nunca satisfechos con débiles excusas. En lo que concierne a los demás, debemos ir al extremo opuesto y buscar atribuir motivos positivos o buenas justificaciones a sus acciones, por más exagerado que esto pueda parecer.
Estamos en un momento del calendario judío en que hacemos duelo por la destrucción del Segundo Templo como resultado del 'odio gratuito'. El único antídoto al odio infundado es el amor incondicional. Un buen comienzo es ser "melamed zejut" con los demás, darles el beneficio de la duda y siempre juzgarlos favorablemente.
Que todos encontremos aprobación, uno con el otro y con D's, y que, en virtud de la paz y armonía que alcanzamos, tengamos el mérito de ver la Redención final muy pronto en nuestros días.
Amén

Elevemos nuestras voces al Cielo para pedir por la paz en nuestra querida tierra de Israel.