¿Y ahora qué?
No dejemos que vuelva la noche a Israel
Hoy es 19 del mes de Av de 5766 , 13 de agosto de 2006. La pregunta es ¿Y ahora qué?.
Ayer a bombo y platillo el Consejo de Seguridad aprobó una resolución ( la 1701) tan corta como ambigua. No se condiciona el cese de hostilidades a la puesta en libertad de los soldados israelíes, si bien hay un punto quese refiere a su libertad. Por otra parte se hace referencia a las resolución 1559 pero tampoco se hace explícito que Hezbolá deba ser desarmada a totalidad (si en el sur del Líbano). Habrá una fuerza de interposición de la ONU con tropas libanesas, pero en dicho gobierno del Líbano está la banda criminal de obediencia islámica Hezbolá y nada se dice de que deba adoptar una nueva actitud. Ayer se aprobó la resolución 1701, y si bien es cierto que sin la presión militar de Israel nada de lo que estamso hablando hubiera sido aprobado desde la ONU y la resolución 1701 'justifica las operaciones de Israel y dice que Hizbulá fue el que atacó primero; exige la devolución sin condiciones de los dos soldados israelíes que capturó; crea una zona desmilitarizada en el sur de Líbano y la zona de frontera bajo control de 15.000 soldados libaneses y otros 15.000 de la ONU, y estos son éxitos de primera magnitud para Israel' es tan exiguamente corta que es la antesala de una nueva guerra, al tiempo, y D'os quiera que nos equivoquemos. Irán ha recibido un ligero revés al hacerle entender que no puede utilizar a su peón Hezbolá-Líbano como factor de desestabilización y sabe además que ahora deberá afrontar directamente el precio del desvío político de sus acciones y su ansia de potencial nuclear. El problema será si al comunidad internacional será lo suficientemente fuerte como para frontar ahora dicho reto. Volviendo al plano militar, es evidente que los criminales silámico-iraíes han salido debilitados pero ¿Vigilará ahora la comunidad internacional que Siria e Irán no vuelvan a aaramar dichos criminales? La responsabilidad de dicha vigilancia no es de Israel sino de los firmantes de la resolución 1701 de Consejo de Seguridad. No basta con la fuerza de interposición de la ONU. Unas fuerzas que en la práctica , hasta ahora en el Líbano, solamente han servido para callarse ante las agresiones islámico-iranianas de Hezbolá. Si el gobierno de Israel hubiera sido más decidido en los primeros compases y hubiera apostado por una, sabemos, cruda y dolorosa intervesión terrestre de amplio espectro hoy estaríamos ante un Hezbolá capitulado. Hoy está debilitado y exahusto y deberá acatar la resolución; pero la única garantía de paz es tenerlo derrotado. Se alzan voves en Israel que Ehud Olmert debe renunciar. No sabemos si hay que llegar a dicho extremo pero los planes de separación unilateral están tocados de muerte y se hace más importante que nunca hoy, lo que Ehud Olmert no hizo en su momento: Plantear un gobierno de concentración nacional que acoja a Likud e Israel Beteinu en el seno del gobierno. Y desde luego, si el primer ministro y su gobierno, no son capaces de hacerlo deberá ser desde la oposición quien plantee una moción de censura. En su momento desde Es-israel.org ya manifestamos nuestra idea de un gobierno de concentración nacional desde la mayoría de gobierno. Estos días debermos afrontar muchas agresiones mientras las tropas de la FINUL no se extienden por el sur de Líbano, Hezbolá ya ha prometido seguir atacando a Israel. Irán no desaprovechará para usar ahora a los criminales islámicos de Hamás para lanzar nuevas ofensivas terroristas sobre Israel desde Judea, Samaria y Gaza y seguramente intentar secuestrar más soldados , cuando aún no han sido liberados, los que secuestraron hace más de un mes. Si el gobierno se entretiene ahora habrá perdido el tren, mañana se aplicará la Resolución 1701, pero Israel no debe renunciar a contestar cualquier agresión que llegue diga lo que diga la Comunidad Internacional y a seguir pelenado hasta la liberación de los soldados. Total en la contrucción del entramado de Hezbolá, la ONU ha sido uno de sus grandes cómplices -nada nos debe hacer crrer que ahora será diferente- y no tenemos nada que perder, más que construir nuestra propia seguridad -al final lo único importante-. Una seguridad que solamente se tuvo en consideración cuando desde Israel se blandieron armas. Entonces tuvo alguna importancia para la comunidad Internacional, no por Israel, sino por los pobres criminales del Gobierno del Líbano, participado por Hezbolá. El mismo gobierno aplaudido por la ONU mientras a la luz de l día Hezbolá colocaba en la fachada de las instalaciones de la ONU de Beirut una valla publicitaria del gobierno mostraba la fotografía de un terrorista enmascarado de Hezbolá sosteniendo la cabeza decapitada de un joven soldado israelí. La débil comunidad internacional le está haciendo nuevamente un regalo a loa criminales islámico-iraníes de Hezbolá, tarde o temprano lo pagaremos todos. Israel debe preparase para lo peor.
Es-Israel.org
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